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Para abordar esta problemática y encaminarnos hacia un futuro mas prometedor para todos, es esencial implementar medidas drásticas y otorgar prioridad a la salud mental como un componente central de nuestro bienestar general. Esto podría incluir el desarrollo de programas de prevención de la salud mental, la incorporación de la educación sobre la salud mental en la formación de niños y niñas desde una temprana edad, y la enseñanza de habilidades de afrontamiento entre otras cosas (como bien señala Anabel Vergara).
Asimismo, las políticas institucionales desempeñan un papel fundamental en la promoción de la salud mental. Abordar el bienestar mental es una responsabilidad compartida que debe ser respaldada tanto por el gobierno como por la política y la sociedad.