Gipuzkoa irudikatuz

Para hacer frente a este desajuste, es importante reivindicar que lo personal es lo político: politizar el sufrimiento psíquico al que todos nosotros somos vulnerables potencialmente. Para ello, tenemos que dejar de individualizar los problemas mentales, hay que dejar de fijarse en los desequilibrios químicos poniendo el foco en los desequilibrios sociales. Estamos frente a un modelo de patologización de respuestas ante las consecuencias del sistema neoliberal, así, el “enfermo mental” no es nada más que una contradicción del sistema. Hay que seguir cuestionando críticamente los dogmas mientras que mejoramos la sanidad pública y abrimos espacios seguros y gratuitos donde poder hablar del sufrimiento psíquico.