Gipuzkoa irudikatuz
#Gi2030 Galderak eta proposamenak bilatzen ditugu
Klima, ekologia eta ingurumena
Honen azken iruzkina
Parte-hartzaileak
10
Taldeak
1
Erreferentzia: g2030-DEBA-2023-01-3
5 bertsio zenbakia (5 etik) ikusi beste bertsio batzuk
Klima, ekologia eta ingurumena gaien inguruko eztabaida gunea.
Comparte tus ideas, citas, críticas y propuestas.
Onarpenen zerrenda
Salatu arazo bat
Eduki hau desegokia da?
Itxi eztabaida
Zein da eztabaida honen laburpena edo ondorioa?
22 iruzkin
Solasaldia honekin: J.
(1/2) Hay una serie de beneficios evidentes a nivel individual y colectivo de adoptar un estilo de vida "ecologista", si se quiere llamar, aunque tengo mis reservas con el término. Por ejemplo: la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero gracias a reducir la ingesta de carne y el consumo energético, el ahorro de energía y dinero mediante la reducción del consumo de energía y agua, el fomento de la biodiversidad y la sostenibilidad al utilizar producto y servicios sostenibles y apoyar prácticas agrícolas y alimentarias sostenibles... Sin embargo, hay una cuestión en este discurso que en ocasiones queda dejada de lado y se pasa por alto.
(2/2) Es crucial no sobrecargar y culpar exclusivamente al individuo en la lucha contra el cambio climático, es fundamental reconocer que las empresas y las industrias son responsables de la gran mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero. El "Informe de Emisiones Globales de 2017" del Carbon Majors Database, muestra que el 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero en todo el mundo entre 1988 y 2015 fueron producidas por solo 100 empresas, principalmente del sector de combustibles fósiles.
Es fácil caer en la trampa de culpar al consumidor por no reciclar lo suficiente o por conducir un automóvil en lugar de usar el transporte público, pero esto ignora el hecho de que la mayoría de las opciones que hacemos como consumidores están limitadas por las opciones disponibles que nos ofrecen las empresas.
Galdera da: klimaren aldaketa gure esku dago?. Askoren ustez ez, botere gorenek hartzen dituzte erabaki garrantzitsuenak eta guk obeditu egin behar diegu. Gainera, gaur egun enpresa handiek beraien interesak bakarrik begiratzen dituzte, eta klimaren kaltzetzea alde batera uzten dute.
Nik eta beste batzuek, berriz, pentsatzen dugu bakoitzak bere aldetik jarri behar duela klima zaintzeko. Egia da, erabaki asko ezin ditugula hartu, baina nahikoa da pertsona bakoitzak bere aldetik jartzea mundua hobetzeko.
(1/3)
Mariví Roman nos presenta un horizonte más bien pesimista de cara a los llamados Acuerdos de París (2015). Según lo explicado, para 2030 habremos llegado a los 1,5 grados de calentamiento; un nivel que desemboca en unos “puntos de no-retorno” que desencadenarían procesos naturales de retroalimentación positiva. Esto supondría niveles exaltantes de riesgos existenciales. ¿Está la humanidad preparada para acostumbrarse a un planeta cuya temperatura seguirá aumentando progresivamente?
Para quienes consideren que no, Mariví presenta algunas alternativas que, de llevarse a cabo, paliarían el ritmo al que nos acercamos a este escenario tan catastrófico. Entre sus propuestas destacan el incremento de políticas que refuercen el empleo en los “Sectores limpios”, como la sanidad o la educación. Y al mismo tiempo, que recorten y, en última instancia, destruyan los “Sectores sucios”, como las macrogranjas.
(2/3)
Es cierto que la sociedad industrial y ahora tecnológica ha vertido inconmensurables daños sobre el medio ambiente, como bien nos recalca Salvador en su Teoría del edredón.
“El modelo de crecimiento promovido por los avances del paradigma científico-tecnológico y su implementación a lo largo de las diversas fases de la industrialización han conllevado una notable sobreexplotación tanto de espacios como de recursos y energía.” (San Salvador, 2023 :94)
Resulta destacable el hecho de que Mariví enfatice el esfuerzo personal y las políticas privadas dentro de un esquema tan global como este. ¿Puede realmente la persona de a pie (más allá de contar con una educación medioambiental apropiada y, sin duda, necesaria, que se proyecte en un modo de vida cada vez más respetuoso) ayudar a frenar el avance de la destrucción de los recursos?
Solasaldia honekin: Parte hartzaile ezabatua
(3/3)
¿Es realmente plausible destruir los llamados “Sectores sucios” sin generar una catástrofe social en el sector de los empleos dentro de un modelo capitalista? Son muchas y muy complejas las políticas que deben llevarse a cabo si queremos sobrevivir en el mundo exactamente tal y como lo conocemos.
Otro de los puntos que invita a la reflexión es la llamada al pacifismo que hace Mariví. Si bien poca gente estaría en contra de unas políticas pacifistas, ¿son posibles?. Vivimos un contexto cada vez más polarizado políticamente, son cada vez más los países bajo regímenes no democráticos, ¿Hay cabida ahí para el pacifismo? Y si la hay ¿es posible implantarlas mediante la vía (valga la redundancia) pacífica? ¿O será necesaria la fuerza para obligar a los oligarcas a frenar sus ambiciones imperialistas y nacionalistas?
¡Gracias por tus aportaciones y por plantear preguntas tan interesantes al debate, Lubina!
(1/3) (Emergencia climática) Las políticas climáticas están expuestas, ahora más que nunca, a una actuación inmediata. Según el tratado del Acuerdo de París (2015), se estima que en el año 2030 cabe la posibilidad de llegar a la cifra de 1,5 grados de calentamiento terrestre. Esto implicaría un punto de “no-retorno” llevado a cabo por procesos naturales de retroalimentación positiva. ¿Es posible una civilización mundial expuesta a estos riesgos? ¿Estamos preparados y preparadas para arreglar lo que ya podría estar roto?
Algo evidente es que en cuestiones como ésta, la mentalización de la situación o la conciencia —tanto individual como colectiva— no es suficiente. Sobre todo debe o debería primar la actuación. Ante algo que desembocará, en el peor de los casos, en una catástrofe, la práctica debe posicionarse delante de la teoría. Y para esto, tenemos que superar el dualismo “sectores-limpios y sectores-sucios”. La industria es el resultado del sistema que la crea.
(2/3) Si todavía existen intereses políticos en los sectores laborales, sean del tipo que sean, los cambios no serán efectivos, sino graduales.
Si bien es cierto que nuestra sociedad es emergente, es decir, que está emergiendo hacia una nueva, es natural que el debate siempre esté sobre la mesa. Siempre estamos entre “lo que deberíamos hacer” y “lo que realmente hacemos”. “Se debate entre un perfil depredador, favorecedor del proceso de degradación del medio ambiente [...] y un perfil más ecológico, posibilitador de procesos más equilibrados” (San Salvador, 2023: 95).
Hay quien remarca la importancia de los esfuerzos individuales, de la “política privada”. Ducharse menos, reducir el consumo de carne, reciclar… Nuestros estímulos están sesgados por la conciencia medioambiental.
(3/3) Y aunque la política social apueste —de cara a lo público— por esa misma concienciación, es inevitable preguntarse si funcionará (o será posible) un sistema capitalista de la mano de una verdadera educación del entorno. Al fin y al cabo, no se puede destruir una idea con la misma fuerza con la que se pensó. Por ahora: ¿El cambio climático unirá lo político y lo social (lo privado y lo público)? ¿Frenará algo así el afán por la ambición y la competencia? ¿A dónde emerge nuestra sociedad?
Solasaldia honekin: Santuan
(1/3) Román-ek ongi dioen eran, auzi garrantzitsu baten aurrean gaude. CO2 emisioek parisko akordioan ezarritako mugak gainditzen badituzte, ezin dugu pentsatu ere egin gainean izango dugun egoera ze neurritara heldu daitekeen. Hala ere, egin dezakegunaz hausnartzen duenean nabaria da analisia oso azalekoa dela eta aurkezten duen proposamenak ezer gutxi konpondu dezakeela.
Lehen Agenda21-ek eta orain Agenda2030-ak, erantzukizuna idibidualizatzen dute, fokua biztanleetan jarriz. Ondo jakin arren klima-aldaketa eta berotze globala ezin direla kapitalismorik gabe ulertu, sistemaren instituzioek karga haien gainetik kentzen dute. Berziklatu behar da, noski, baina ezingo dugu inoiz kontsumoan aldaketa eraginkorrik eragin, adibidez, elikagai oinarrizkoenak eta erosgarienak gero eta plastiko gehiago badute. Are, hainbat neurri antiproletario ere ikus daitezke bideoan, zuzenean langileen biziraupena kolokan jartzen duten berogailuen murrizketekin adibidez.
Eskerrik asko zure gogoetagatik!
😉
(2/3) Berogailuen erabilera gehiago murrizteak jende askoren heriotza eragin dezake (azken neguetan ikusi den eran), langileriaren bizi-baldintzak erabat okertuz. Berdin garraio publikoarekin, esaten duena ederra den arren, lanaren deslokalizazioak langile asko etxetik urrun lan egitera daramatza, autoa haien egunerokorako beharrezko elementu bilakatuz (arazoa konpontzeko garraio publikoaren kalitatezo funtzionamendua bermatu beharrean peajeak jarriz).
Enpresariak eta, finean, burgesia eta bere aparatu guztiak dira klima-aldaketaren existentzia bermatzen dutenak. Gainprodukzioa bera, kapitalismoaren oinarrietatik eratorria den heinean, ezin da gainditu kapitalismoa bera gainditu gabe. Era horretan, fokua kapitalismoaren funtzionamenduan jarri behar da egoera hau gelditzeko. Enpresei, limosna baino merkeago egiten zaizkien isunak ez dira gai egoerari aurre egiteko, partxe polit bat baino ez dira. Eta zer esan trantsizioaren izenean gauzatzen den naturaren suntsipenaren inguruan.
(3/3) Beraz, esan dezakegu bideoan aurkezten diren neurriak orain arte instituzioek bultzatu duten zuriketari erantzuteaz gain, herritarrak egiten ditu errudun. Onenean ere, partxe eder bat soilik direla kapitalaren begietan eta erantzukizuna guri botatzea, haien interesak bermatzeko beste mekanismo bat. Kapitalismoa, ez da gai ez eskubideak ez naturaren biziraupena bermatzeko. Egiazko errudunak seinalatu behar dira: burgesia eta kapitalismoa. Naturaren suntsipenaren aurka lan egiten duen jendea jazarri beharrean, beharrezkoa da auzi honi dagokion erantzukizunarekin eustea eta egiaz honi aurre egingo dion indar politikoa artikulatzea, burgesiaren markoetatik kanpo kokatuko dena eta gaitasun erreala izango duena burgesiak ezartzen duen basakeriari aurre egiteko. Sakonago garatuko nuke metaketa-krisia, kapitalismoaren joerak eta beste hainbat kontzeptu behar bezala landuta. Hala ere zerbait txukunagoa hemen: https://gedar.eus/assets/pdf/arteka_zenbakiak/62a9e7a9ad81f.Arteka11eus.pdf
Solasaldia honekin: Maider Lumbreras Otamendi
En la actualidad, nos cuesta imaginar un barrio obrero que pueda abastecer la mayoría de las necesidades vitales de sus habitantes. De alguna manera, las grandes empresas, supermercados, centros comerciales y discotecas se han convertido en un fuerte rival contra el cual pocos sectores económicos pueden competir. Estos proyectos abusivos de las empresas especulativas actúan en contra de un urbanismo sostenible y, sobre todo, imposibilitan la vida plena dentro del barrio. Asimismo, influyen directamente en la necesidad de desplazarnos en vehículos individuales, creando así un tráfico permanente y estresante en nuestras calles. Por lo tanto, es completamente necesario subvencionar los pequeños comercios , bares, y espacios culturales locales que dan vida y color a nuestros barrios.
Mediante la reducción de la dependencia hacia los coches, es posible crear una ciudad, un pueblo, un barrio para ciudadanos y no para conductores que, al parecer, hacen uso de su comunidad simplemente para dormir. Necesitamos políticas que reduzcan las desenfrenadas emisiones de CO2, políticas que no fomenten nuevos parkings sino más bien nuevos espacios verdes. En conclusión, necesitamos leyes urbanas para controlar, y, sobre todo, promover la vida sostenible dentro del barrio. Es decir, la vida dentro de una comunidad de habitantes comprometidos y motivados con su entorno más próximo. Precisamente, una comunidad que habilite un ambiente e interés propicio para la participación política ciudadana.
¡Gracias por compartir tu reflexión en Gi2030, Maider!
(1/2) Es muy difícil completar con los márgenes establecidos para 2030 teniendo en cuenta la experiencia que tienen las organizaciones internacionales a la hora de preparar o propulsar este tipo de acciones. Ocurrió con el protocolo de Kioto, donde se establecieron una serie de respuestas para intentar reducir las emisiones de 6 gases diferentes que producen el efecto invernadero, pero entre que tardaron 8 años en ponerlo en marcha tras aceptarlo (En 1997 se acepta y en 2005 entra en vigor) y que ampliaron el margen temporal de 2012 hasta el año 2020... Por no añadir el rechazo de EE.UU. en el año 2001, uno de los países que más contaminación producen.
Es muy complicado establecer estos acuerdos con las diferencias socio-económicas que existen entre los distintos países, no se pueden propugnar objetivos similares a agente con condiciones materiales diferentes, es prácticamente imposible se consiga lo que se busca.
(2/2) Tampoco es posible llegar a acuerdos que intenten rebajar las emisiones de este tipo de gases, cuando las mayores economías del mundo sobreviven en su día a día con la necesidad de la explotación de petróleo (excepto EE.UU., que estos lo suelen usurpar de otros países ajenos al suyo) y su medio de transporte convencional el el coche que funciona con gasolina y diésel. Es un discurso pesimista porque la realidad que rodea a este debate es pura demagogia, lo que es, probablemente, la asesina de toda política loable y pura. No se puede pretender hacer una norma internacional por el clima, convencer a la gente de a pie de que eso es lo que hay que hacer, y después, por pura avaricia y por pura inacción, plantarte y sugerir que no se ha podido hacer nada. Sintiéndolo mucho, creo que mientras los estados y sus organizaciones no mantengan su palabra y su honradez, la gente de a pie no tiene más elección de elegir su propio destino en la medida que se pueda.
(1/2)La economista remarca bien cuán pequeño es el margen de operación de cada uno de nosotros a la hora de aportar nuestro “granito de arena”, cuando se trata de un planeta dominado por una clase ávida de acumulación que, a la hora de defender sus intereses, ha demostrado ser capaz de condenar a la humanidad a la barbarie.
Creo que no está de más tener en cuenta que los recursos son limitados a la hora de consumir, pero hay que tener cuidado a la hora de señalar a los responsables. Y es que existen numerosos datos que demuestran la diferencia abismal entre el impacto medioambiental que tienen los países ricos y los países pobres (teniendo en cuenta, para más inri, que los países pobres son los que más lo sufren), pero ¿Es la solución que los trabajadores de los países ricos consumamos menos? Mediante otros gráficos podemos adivinar que es un pequeño porcentaje de la gente más rica del planeta la que causa estos estragos, y no los que trabajamos para ellos y compramos lo que producen.
(2/2)Y es que, para salvar nuestro hogar, no veo necesario el empeoramiento de las condiciones de vida de la clase trabajadora (ni pasar frío por apagar los radiadores, ni quedarnos en el paro porque la empresa en la que trabajamos es nociva para el medio ambiente). No existe una cantidad exacta sostenible que pueda consumir el ciudadano de a pie, sin que las instituciones y las empresas dejen de echarlo todo por los suelos con el efecto a gran escala que provocan sus ansias de poder y destrucción.
Por lo tanto, no propongo que tengamos una actitud apática ante la debacle de nuestras condiciones de vida, sino una exigencia activa a las personas que realmente ostentan el poder: si realmente estamos en el mismo barco, que cambien la dinámica de acumulación que llevan a cabo, y dejen de hacernos responsables de la catástrofe que han creado siguiendo sus propios intereses.
No se puede entender la emergencia climática actual sin entender la sociedad que la genera. Para entender la crisis climática, primero de todo, hay que entender que esta crisis no se desarrolla en un escenario abstracto, sino que se desarrolla en una sociedad históricamente concreta. Es decir, la crisis climática actual se desarrolla en una sociedad sumida bajo las lógicas de la producción capitalista. Con esto quiero decir que la crisis ecológica hay que entenderla en el contexto de una sociedad en la cual actores individuales organizan la producción de forma independiente, compitiendo entre sí, y con el objetivo de extraer beneficio.
En la actualidad, estamos atravesando una fase donde las contradicciones de la sociedad capitalista se están agudizando. Una de esas contradicciones es la necesidad de producir capital permanentemente e ilimitadamente, independientemente de los límites ecológicos del planeta. Esta crisis es otra muestra más de los límites del capitalismo.
Egin hemen zure iruzkina
Hasi saioa zure kontuarekin o erregistratu zure iruzkina txertatzeko.
Iruzkinak kargatzen...