Comunidades vivas

El viernes pasado tuvimos nuestra 4ª sesión de la comunidad de aprendizaje y práctica, pero en Gi2030 llevamos ya unos años explorando marcos para la transformación social. Partimos de una convicción sencilla: cambiar nuestro entorno comienza por las preguntas que nos atrevemos a formular y los espacios que creamos para escucharlas juntos.

En julio de 2020, en pleno desconcierto global, organizamos nuestro primer encuentro local en Impact Hub Donostia y en el campus de Gipuzkoa, en paralelo al Global Forum “From Ego to Eco” impulsado por el Presencing Institute. Allí nos encontramos personas y proyectos muy diversos, y el encuentro nos permitió constatar dos evidencias. Por un lado, la pandemia había puesto de manifiesto tanto nuestra interdependencia como nuestras fragilidades. Por otro, descubrimos una energía de resiliencia y voluntad de transformación, siempre que sepamos crear las condiciones adecuadas para que florezca. Para ello nos acercamos a la Teoría U, el marco metodológico desarrollado por Otto Scharmer y su equipo en el Presencing Institute.

El viaje-U: de la escucha a la acción

Desde entonces, el recorrido que proponemos lo solemos representar como un viaje en U, normalmente articulado en cinco etapas, que llevadas a Gi2030 son más o menos las siguientes.

1️⃣ Co-Iniciación: Generamos confianza y compartimos motivaciones, abriendo un campo relacional compartido.

2️⃣ Explorar otros modelos: Buscamos ejemplos e inspiraciones externas que expandan nuestras posibilidades.

3️⃣ Aclarar nuestra visión: Integramos lo aprendido y perfilamos una visión propia, coherente con nuestros valores y contexto.

4️⃣ Aterrizar el prototipo: Las ideas toman forma. Es el tramo más exigente, donde las limitaciones concretas —recursos, agendas, resistencias— tensionan la inspiración inicial.

5️⃣ Planificar el futuro: Los primeros prototipos se consolidan en compromisos y estructuras experimentales que pueden evolucionar.

Durante el encuentro de 2020, Nice Lazpita —con amplia experiencia en aplicar la Teoría U en el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz y en grandes organizaciones— ya nos advirtió que el tramo realmente desafiante comienza precisamente en la cuarta fase: cuando los prototipos empiezan a materializarse y el recorrido se vuelve “cuesta arriba”.

En ese punto, el grupo abandona el terreno cómodo de las abstracciones y entra en el espacio de las decisiones concretas: ¿por dónde empezar?, ¿qué riesgos asumir?, ¿cómo gestionar lo que todavía no sabemos? Surgen miedos, dudas y ritmos divergentes dentro del propio grupo.

Por eso es tan importante sostener la red de confianza construida en las fases anteriores. No se trata de tener un plan perfecto, sino de permitir que las primeras formas emerjan, asumiendo que el primer prototipo será necesariamente imperfecto. Hace falta coraje para bajar al barro, humildad para aprender mientras caminamos, y una actitud abierta a la experimentación continua. Es aquí donde la escucha profunda, el apoyo mutuo y el permiso para probar marcan la diferencia.